Me sumerjo en agua dulce
y nado.
En el horizonte, el mar
estoy cerca, puedo seguir a las olas
y la cabeza se puebla de imágenes:
las clases de natación,
bajar al fondo de la pileta con el gordo Triviño,
Florencia y todos sus hermanos con «F».
El agua, el mar y la muerte del papá de Florencia.
Lloro y le quito el agua al océano
y entre Florencia y yo hay arena.
Es más triste la distancia sin agua.
Es horroroso el tiempo sin lágrimas.