Sonaba en la radio la música que hizo furor en la fiesta de quince de mi hermana. Año 1984, era un tipo vestido de mujer que enloqueció a todos con su estribillo: Camo…, camo…chamillion.
Mi marido se afeitaba y lo metí en mi recuerdo: mi primo, el que hoy cruza la cordillera, era el discjockey de la mencionada fiesta y mi hermano, el que hoy está muerto, y yo movimos los muebles de la sala para que los invitados pudieran bailar.
A veces, una mañana, me encuentro con la que fui en otra tierra.